Fuego, pintadas satanistas y black metal: una capilla de Pehuen Co fue incendiada en Halloween

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El hallazgo de una serie de grafitis con símbolos satánicos y referencias al black metal en distintos puntos de Pehuen Co fue el primer indicio de un episodio que conmocionó a esta localidad balnearia del sudoeste bonaerense.

La madrugada del último sábado, un incendio devastó la Capilla Sagrada Familia, el principal templo de la ciudad, dejando a la comunidad sumida en el estupor y la tristeza.

El siniestro se desató a la 1.15 y consumió la estructura de madera del edificio, que quedó completamente destruida. Dos dotaciones de bomberos trabajaron durante cuatro horas, hasta las 5.15, para evitar que las llamas alcanzaran viviendas cercanas.

La noche de Halloween se vio ensombrecida por un hecho delictivo en la ciudad de Pehuen Co

Las primeras pericias confirmaron que el fuego fue provocado de manera intencional, y la investigación rápidamente se orientó hacia un posible trasfondo vinculado al satanismo y la cultura del black metal, a partir de las pintadas halladas en las inmediaciones, entre ellas leyendas como “CALL 666”, cruces invertidas y estrellas de cinco puntas.

La causa, que quedó en manos de la UFI N°1 de Responsabilidad Penal Juvenil de Bahía Blanca, que ordenó un allanamiento en una vivienda de la calle 9 de Julio. Según fuentes policiales, el operativo resultó positivo: se incautó material relacionado tanto con el incendio como con los grafitis, incluyendo prendas con manchas de pintura y vestimenta que habría sido utilizada durante el ataque.

Gabriel Álvarez, secretario de seguridad de Coronel Rosales, explicó en diálogo con BVC Noticias -de Bahía Blanca- que “el hecho se esclareció muy rápido” ya que “se detectaron determinadas marcas muy particulares, pintadas haciendo alusión a cuestiones religiosas. Se recopilaron las cámaras, se hizo una búsqueda en redes sociales públicas, hasta que se encontró el suficiente material con lo cual se provocó un allanamiento. Se encontraron prendas, manchas de pintura y las prendas que el autor habría utilizado en el momento de cometer este ilícito”.

El responsable es un adolescente de 15 años, residente en la villa balnearia, quien habría confesado ante su madre y su abuelo ser el autor tanto del incendio como de las pintadas. Fue su propio abuelo quien, tras la confesión, realizó la denuncia ante la policía. El menor fue localizado caminando por la calle y quedó demorado. Posteriormente, fue derivado al Hospital Municipal por un cuadro de intoxicación, y no se descarta su traslado a un centro de salud mental.

El caso adquirió mayor dramatismo cuando el joven publicó en su cuenta de Instagram un video en el que se lo veía ingiriendo pastillas y sosteniendo una soga, en lo que aparentaba ser un intento de suicidio. Alertada por la madre, la policía lo halló semidesvanecido en un camping y lo trasladó de urgencia al hospital de Punta Alta, donde le practicaron un lavaje de estómago y quedó bajo observación.

Así quedaron los cimientos de la capilla luego del voraz incendio del sábado

Las tareas de investigación, que incluyeron el análisis de cámaras de seguridad privadas, redes sociales y testimonios, permitieron establecer la relación entre el incendio y los grafitis, identificando al menor como el autor de ambos hechos.

Según los detalles recabados por las autoridades, el adolescente es seguidor de bandas de black metal, un género musical surgido en los años ochenta en el norte de Europa, asociado durante sus comienzos a movimientos anticristianos, lo que se reflejó en las inscripciones halladas en distintos sectores del balneario.

Historias de la capilla y la palabra de su sacerdote

La Capilla Sagrada Familia tiene una historia profundamente arraigada en la identidad local. Sus paredes fueron construidas con piedras traídas como lastre en las bodegas del barco La Soberana, que encalló en 1879 cerca del balneario. La arquitecta Beatriz Marseillán la erigió en 1957, convirtiéndose en uno de los primeros espacios religiosos de Pehuen Co.

Al suroeste de la provincia de Buenos Aires, a 80 km de Bahía Blanca y 60 de Punta Alta, se ubica Pehuen Co, perteneciente al partido de Coronel Rosales

Inicialmente funcionó como un pequeño oratorio, y gracias al esfuerzo de los vecinos, se transformó en un lugar de celebraciones religiosas y sociales, como misas, casamientos y bautismos. En 2004, la comunidad impulsó una ampliación que coincidió con el cincuentenario de su fundación.

Desde Punta Alta, el padre Adan Caraballo difundió un mensaje dirigido a la comunidad luego del incendio. “Les escribo con profundo dolor para compartirles que ayer la capilla de Pehuen Co se ha incendiado. El techo se ha derrumbado, solo han quedado en pie las columnas. Es una situación muy dolorosa para toda la comunidad de Pehuen Co y también para la del Sagrado Corazón. Por eso, me encomiendo a sus oraciones, y les pido que también sus comunidades puedan acompañarnos con la oración. Para que desde el primer momento podamos estar unidos en la fe y en la oración”.

El balneario de Pehuen Co (visitapehuenco.com.ar)

El sacerdote, visiblemente afectado, relató a medios locales la magnitud de la pérdida: “Una conmoción inmensa, un dolor muy grande, especialmente por el trabajo tan arduo de tanta gente por tanto tiempo”. Añadió: “Cuando llegamos con el padre César, se hizo la inauguración final y la entrega de diplomas a todos los que habían colaborado en tantos años. Mucha de esa gente hoy está llorando frente a su capilla; Es terrible”.

En medio de la destrucción, el padre Caraballo destacó un hecho que calificó como “un signo milagroso”. Uno de los ministros que acudió al lugar halló la llave del Sagrario completamente intacta, a pesar de que el armario donde se guardaba había sido consumido por el fuego. Al abrirlo, descubrieron que los óleos sagrados, almacenados en recipientes plásticos, y las formas eucarísticas no habían sufrido daño alguno.

Además, una imagen de la Virgen permaneció indemne entre las ruinas, “como si el fuego hubiese decidido detenerse ante ella”, testimoniaron miembros de la comunidad.

Influencias musicales y satanistas provenientes de Noruega, más de tres décadas atrás

El porqué de este desastre en la costa atlántica bonaerense parece trasladarse hacia comienzos de los años 90 cuando, en Noruega, un grupo de integrantes de grupos de black metal conformaron el Inner Circle. Y una de sus criminales metas era incendiar centenarias iglesias del país nórdico, en su mayoría construidas en madera.

El surgimiento de este subgénero musical, que podría tener su puntapié a partir del disco Black Metal de Venom en 1982, marcó un giro radical caracterizado por su estética extrema y su rechazo al cristianismo.

En Noruega, inspirados por el naturalismo decimonónico, músicos como los de Darkthorne, Burzum, Emperor y especialmente Mayhem formaron este grupo nacionalista y autoproclamado satanista que utilizó la figura del ángel caído como símbolo de oposición al ideal divino.

Elementos como las voces guturales, guitarras distorsionadas, baterías aceleradas y grabaciones de baja calidad crearon una atmósfera de desolación inédita. El uso del corpse paint acentuó la imagen cadavérica de los músicos.

La relación entre el guitarrista Euronymous y el bajista Varg Vikernes, quien se había unido a Mayhem en 1992, comenzó como una colaboración musical pero rápidamente se transformó en una alianza peligrosa. Vikernes, bajo el nombre de Count Grishnackh, fundó Burzum, una banda que se convirtió en un pilar del black metal noruego.

Juntos, planearon y ejecutaron una serie de incendios en iglesias medievales noruegas. La quema de la Iglesia de Fantoft Stave en 1992 fue uno de los incidentes más notorios. Estos actos eran una rebelión contra el cristianismo y un intento de restaurar la antigua religión pagana de Noruega. Para Vikernes, estos incendios eran “un sacrificio necesario para purificar su tierra ancestral”.

Esto también desencadenó una ola de ataques que entre 1992 y 1998 destruyó más de cincuenta iglesias y profanó cementerios en Noruega, lo que fracturó la escena black metal y precipitó una escalada de violencia.

Los incendios no solo causaron destrucción física, sino también un shock cultural. La sociedad noruega, generalmente pacífica y tolerante, se enfrentó a una ola de violencia y odio que no tenía precedentes. Algo similar ocurrió en Pehuen Co.