Productores de Chubut denuncian una matanza de guanacos en sus campos: “Los asesinan brutalmente, sin escrúpulos”

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(Gentileza ADN Sur)

Una situación desesperante fue denunciada por una productora rural de Chubut, quien alertó sobre la matanza ilegal de guanacos en sus campos y en los de propietarios vecinos, a manos de cazadores furtivos.

“Los asesinan brutalmente, sin ningún escrúpulo, y te dejan los animales tirados y mucha basura: latas de cerveza, paquetes de comida, guantes de látex”, lamentó Azucena Caamaño, en diálogo con ADN Sur.

La propietaria de campos contó que el problema se repite desde hace meses en su establecimiento, ubicado en la meseta, entre la ruta 29 y el empalme con la ruta 27. Según dijo, su idea era desarrollar turismo rural y promover el avistaje de fauna.

Pero ese proyecto quedó truncado por la matanza indiscriminada que —según explicó— ocurre de noche y de forma ilegal: “Incluso muchas veces encontramos guanacos sin nacer, dentro de la placenta, y los dejan ahí”.

(Gentileza ADN Sur)

El accionar de los cazadores furtivos es altamente planificado. No solo llegan de noche para evitar ser vistos (particularmente, en luna nueva), sino que utilizan reflectores de gran potencia para atraer a los animales.

“Y cuando se acerca (el animal), lo matan y lo carnean. Se llevan los cortes de carne más comerciales y dejan el resto. Solo en mi campo me encontré con más de 50 cadáveres”, agregó Caamaño.

Además, operan sobre la traza de la ruta, lo que les permite ingresar y escapar rápidamente. Y el daño no se limita a la fauna silvestre: también mataron animales domésticos, incluidos burros que Azucena había criado durante más de una década.

(Gentileza ADN Sur)

“Somos varios campos vecinos en la misma situación. Es una masacre masiva. Tiene que haber evidentemente un comercio detrás de esto”, afirmó.

La productora advirtió que, aunque sería posible interceptarlos, los cazadores se encuentran fuertemente armados. Al respecto, opinó: “Ir a sacar pecho con esta gente, que no sabés qué te podés esperar, asusta. Se podría tender una trampa con policía o gente que tenga poder legal para hacer esto”.

Hasta el momento, no existiría intervención por parte de las autoridades en el caso. En ese sentido, concluyó con un desesperado pedido de ayuda: “Necesitamos que alguien haga algo. No puede ser que entren a nuestros campos, maten a los animales, se los lleven y nadie los controle. Hay que cuidar la fauna, porque es parte de nuestra identidad y de lo que queremos dejar a las próximas generaciones.”

La Policía de Río Negro detuvo a un cazador furtivo que transportaba ciervos y un arma de fuego sin autorización

Detuvieron a un hombre por cazar y faenar a tres ciervos: le encontraron más de 350 kilos de carne en su camioneta

A mediados de agosto, la Policía de Río Negro detuvo a un hombre acusado de ingresar sin autorización a una propiedad privada en un paraje rural cercano a Dina Huapi-localidad vecina de Bariloche-, donde cazó y despostó tres ciervos. El procedimiento se desarrolló luego de que pobladores del paraje La Fragua alertaran sobre detonaciones de arma de fuego en terrenos particulares.

Ante el aviso, efectivos de la Brigada Rural, junto a personal de la Comisaría 36 y del destacamento 169º de Villa Llanquín, montaron un operativo cerrojo para localizar al sospechoso.

En ese marco, interceptaron una camioneta Ford Ranger que circulaba por un camino rural, conducida por un único ocupante. En la caja de carga hallaron tres ciervos ya estaban faenados, con un peso total que superaba los 350 kilos de carne, de acuerdo con información oficial.

Con la autorización judicial correspondiente, los agentes revisaron el interior del vehículo. Allí encontraron una carabina, proyectiles y cuchillos que, según las autoridades, habían sido utilizados para ultimar a los animales. Tanto el arma como los elementos cortantes fueron incautados, junto con la carne, que quedó bajo resguardo.

Según la legislación argentina, las sanciones por este tipo de delitos pueden incluir multas, suspensión o cancelación de la licencia de caza, decomiso de las piezas cazadas y las armas utilizadas, e incluso penas de prisión, dependiendo de la gravedad del delito y la legislación local.