Murió Jim Abrahams, uno de los creadores de ¿Y… dónde está el piloto? y La pistola desnuda

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El guionista, productor y director Jim Abrahams murió este martes por la madrugada, a los 80 años, en su casa de Santa Mónica, en Estados Unidos. Según consignó TMZ, la noticia fue confirmada por su hijo, Joseph, quien también contó que su padre había estado luchando contra la leucemia durante 20 años y que el cáncer fue un factor que contribuyó a su muerte.

A su vez, el mismo medio indicó que Abrahams estaba rodeado de su familia al momento de su muerte. El director era reconocido en el mundo de Hollywood por haber escrito, producido y dirigido junto a Jerry y David Zucker una serie de películas que renovaron a partir de los años 80 la letra y el espíritu de la comedia en el cine. El trío siempre fue reconocido por sus iniciales. Para todos era el grupo ZAZ y así quedará, más allá de los apellidos, en la historia de la comedia estadounidense. Jerry y David Zucker visitaron a su antiguo compañero en su casa el lunes por la noche y que ya estaba inconsciente. “En ese momento lo tomaron de la mano y le dijeron cuánto lo amaban. Los dos estaban muy tristes por su fallecimiento”, afirmó el portal TMZ.

Los tres se conocieron en la Universidad de Wisconsin-Madison y en 971 pusieron en marcha un grupo de comedia en 1971. Desde ese lugar llegaron al cine y debutaron en el largometraje con su primera sátira, The Kentucky Fried Movie (1977), también conocida a través del video hogareño como Locura yanqui, con una sucesión de episodios unidos bajo el común denominador de la burla al modo de vida americano y a algunas de sus costumbres, sobre todo conectadas con el mundo del entretenimiento. Abrahams escribió el guion de la película, dirigida por otro especialista, John Landis, el futuro realizador de Colegio de animales y Los hermanos caradura (The Blues Brothers)

Murió Jim Abrahams, el creador de las clásicas comedias como ¿Y dónde está el piloto? y La pistola desnuda

Los éxitos de Jim Abrahams

El éxito de The Kentucky Fried Chicken fortaleció la confianza del trío e impulsó un primer proyecto propio que sorprendió a propios y extraños además de ejercer durante las décadas siguientes una enorme influencia en varias generaciones, sobre todo porque fue el punto de partida de una nueva manera de hacer comedia. ¿Y… dónde está el piloto? (1980), disponible en Netflix, inició un modelo en el que el trío ZAZ fue insuperable, apoyado en un inagotable desfile de gags visuales y situaciones absurdas representadas e interpretadas con la más absoluta seriedad.

El mejor intérprete de ese estilo fue Leslie Nielsen, hasta allí un reconocido actor dramático, que inició en ¿Y… dónde está el piloto? una carrera definitiva como figura cómica de gesto imperturbable mientras lleva adelante todo tipo de situaciones delirantes. De la mano de Nielsen y de otras figuras populares de la televisión de los años 60 y 70, rescatadas para personificar papeles cómicos del mismo estilo (Lloyd Bridges, Peter Graves, Robert Stack), Abrahams y sus compañeros lograron un tipo de humor directo, frontal y satírico (no se salva allí ningún género cinematográfico, personaje de actualidad o referencia a la cultura pop) que no tardó en llenar los cines y encontrar continuidad.

Con el mismo ingenio y un uso sistemático en la narración cinematográfica de la figura literaria conocida como non sequitur, que consiste en decir algo que no tiene nada que ver con lo que se muestra o se viene contando, el trío ZAZ mantuvo el altísimo impacto cómico de su ópera prima en otras magníficas burlas apoyadas en géneros y fórmulas del cine muy conocidas. De la parodia al cine catástrofe de ¿Y…dónde está el piloto? pasaron a una fórmula similar, primero burlándose de los films de espionaje en ¡Super Secreto! (1984) y luego de Top Gun en Loca academia de pilotos (1991), disponible en Disneý+. Dos años después tuvo una secuela, en este caso concebida como sátira de las películas de Rambo. Abrahams juntó en estos títulos a jóvenes estrellas (Val Kilmer, Charlie Sheen) con ilustres veteranos (Omar Sharif y el citado Bridges) y los convenció de hacer comedia riéndose de sí mismos y del cine que hasta allí venían haciendo con toda seriedad.

Para ese momento, Abrahams y sus compinches también disfrutaron del éxito de una formidable trilogía, tal vez la que llevó más lejos las virtudes de ese estilo satírico que Hollywood bautizó genéricamente como spoof movies, a partir de un término que se traduce literalmente como parodia, burla o broma. Hablamos de las tres películas de La pistola desnuda, estrenadas en 1988, 1991 y 1994, que fueron éxitos colosales y funcionaron de nuevo como una gigantesca sátira, en este caso a las ficciones de temática policial. En ellas, Leslie Nielsen alcanzó la cumbre de su nuevo y excepcional talento para hacer reír sin mover un solo músculo. Solo la primera está disponible en streaming (Paramount+).

Abrahams y los Zucker

De paso, el trío ZAZ encontró en esas películas la reivindicación de la idea que las inspiró. En los años 80 crearon Police Squad!, una serie que tuvo un paso muy fugaz por la televisión y en la que Nielsen personificó por primera vez a Frank Drebin, el más incompetente e inconsciente de todos los detectives de la policía.

El nombre de Abrahams y su estilo volverán a la pantalla grande a mediados del año que viene. Para el 31 de julio de 2025 está previsto en la Argentina el estreno de una versión actualizada de La pistola desnuda dirigida por Akiva Schaffer y escrita por Seth McFarlane, en la que Liam Neeson personificará al hijo de Frank Drebin.

Por fuera de su sociedad con los hermanos Zucker, Abrahams dirigió otras comedias: Por fin me la quité de encima (1986), con Bette Midler y Danny De Vito; Sopa de gemelas (1988), con Midler y Lily Tomlin, y Welcome Home, Roxy Carmichael (1990), con Winona Ryder y Jeff Daniels. Su último trabajo como director fue una vuelta a los orígenes del estilo de comedia por el que siempre será recordado: ¡Mafia! (1998), sátira a los films de gángsters en la que Lloyd Bridges (el actor favorito de Abrahams) hizo una de sus últimas apariciones. Para que la burla quede todavía más en evidencia y muestre sin vueltas el tipo de humor que Abrahams adoptó como marca registrada allí está el título original, relacionando a las películas de El padrino con alguna ilustre referencia literaria: Jane Austen’s Mafia.