El índice bursátil S&P Merval perdió un fuerte 8,32%. Sin embargo, la influyente moneda cotizada en la plaza marginal o “blue” mejoró a 945 pesos argentinos
Los activos de Argentina cayeron con fuerza este martes por tomas de utilidades tras recientes ganancias históricas generadas por el triunfo electoral de Javier Milei para la presidencia del país, con la promesa de un duro ajuste fiscal y un achicamiento del Estado.
El economista de ultraderecha se encuentra en Estados Unidos donde mantendrá varias reuniones de trabajo, en especial con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva.
Argentina, el mayor deudor del organismo con un préstamo vigente por US$44.000 millones, encuentra un FMI muy interesado en apoyar el nuevo ciclo y el país podría ser candidato a recibir financiamiento a través de su Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad (RST, por sus siglas en inglés, o FFRS), sostuvo Georgieva.
El flamante líder político sudamericano también dialogará con un alto asesor del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en Washington, un día después de almorzar con el exmandatario estadounidense Bill Clinton en Nueva York.
“Son tantos los frentes abiertos que tiene Milei que cada uno mira para el lado más conveniente y en el mercado hay esperanzas de un país diferente a futuro, pero con una transición costosa por los cambios profundos que se deberán hacer”, comentó un gerente de mesa de un banco de capitales privados españoles.
El índice bursátil S&P Merval perdió un fuerte 8,32%, luego de renovar su máximo intradiario el lunes, cuando se derrumbó un 8,06% por toma de ganancias tras acumular la semana previa una histórica mejora del 42,2%.
Los bonos soberanos cayeron en promedio un 2%, contra la pérdida del 1,5% de la víspera y el salto inusual del 13,7% registrado la semana pasada, frente a un riesgo país en alza hasta los 2.053 puntos básicos.
Argentina busca frenar la inflación cercana al 150% anual, esquivar una constante devaluación en su moneda, evitar una recesión inminente, deshacer una serie de controles de capital y reconstruir las reservas netas consideradas negativas en unos US$10.000 millones.